La tortue caouanne atteint les plages espagnoles

La localización en dos semanas de tres nuevas hembras de tortuga boba en playas valencianas, algo inusual, abre la esperanza de que esta especie recale en nuestras costas
En los últimos 200 años sólo han anidado en el litoral valenciano cuatro tortugas bobas (Caretta caretta), una de las siete especies de tortuga marina considerada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en situación dependiente o vulnerable. España busca que estos animales, habituales en zonas atlánticas y del mediterráneo oriental, no solo se alimenten en sus aguas sino que aniden en sus costas. La localización en apenas dos semanas de tres nuevas hembras de tortuga boba en playas valencianas, algo inusual en un área tan occidental, además de ser una buena noticia, ha permitido al grupo de trabajo de tortugas marinas al que pertenece la Fundación Oceanogràfic de València -dedicada a la conservación de animales- instalar un emisor GPS en el caparazón de las grávidas para seguir su rastro y conocer donde colocan sus nidos. El objetivo es averiguar si se trata de una nueva colonización de estos reptiles.
“No es novedoso para las aguas españolas que tengamos tortugas bobas; son parte de la fauna ibérica”, señala Juan Antonio Camiñas, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) de Málaga. “Lo que es interesante es que la especie está buscando nuevas zonas de puesta”, matiza. En el Mediterráneo, la especie suele anidar en Grecia, Turquía, Chipre o norte de África pero, aunque a cuentagotas, la localización de más tortugas en las playas españolas puede apuntar a una posible colonización.
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